El mercado de alquiler en España está sufriendo una de las peores crisis de sus historia, justo después de haber bajado muchísimo por la tremenda recesión que hemos vivido en la última década, en parte por culpa precisamente del sector inmobiliario. Hoy por hoy la demanda suele superar a la oferta en la mayoría de ciudades e incluso poblaciones españoles, donde apenas hay pisos de alquiler a precios razonables, ya que los propietarios, en vista de la situación, los pueden subir bastante para ganarles más dinero.
La situación ha llegado a un punto casi insostenible, porque en algunas ciudades es prácticamente imposible encontrar un alquiler decente incluso a precios desorbitados. El gobierno ha tomado finalmente cartas en el asunto y ha sacado una ley para la limitación del precio de subida de alquiler, en los contratos ya firmados, vinculándolos a la subida del IPC, una forma mucho más razonable de subir los precios de un año a otro. Esta nueva ley es también el primer paso para atisbar una limitación al precio del alquiler en algunas zonas, buscando darle oportunidades a los inquilinos con menos recursos para acceder a estas viviendas.
Consecuencias de la limitación del precio
Hay muchas formas de conseguir que el mercado se mueva, y según los expertos, limitar los precios del alquiler no es precisamente la mejor de ellas, puesto que va en contra de aquellos que deben poner sus viviendas en alquiler para los demás, obligándoles a hacerlo a un precio limitado. No hablamos solo de personas que alquilan una segunda vivienda, sino sobre todo de bancos, fondos y sociedades que cuentan con un gran stock de viviendas que ofrecen en alquiler, y que se verían muy limitados por esta medida.
La limitación de precios también puede provocar un efecto contrario al que busca, puesto que muchas de estas empresas preferirán vender la casa que poseen antes de alquilarla, porque no les renta ni les proporciona beneficio. Esa limitación del precio puede conllevar igualmente una eclosión aun mayor del mercado negro, puesto que la firma de contratos se hará por un precio de alquiler, pero luego, bajo cuerda, el alquilado tendrá que pagar más dinero al dueño de la casa, sin que eso se refleje en ningún sitio.
Nueva Ley de Alquiler 2019
El Gobierno de Pedro Sánchez lanzó esta nueva ley hace unos meses, por petición expresa de Podemos, que buscaba crear una nueva situación mucho más beneficiosa para los alquilados y aquellos que querían acceder a una vivienda de alquiler, limitando los desorbitados precios que se estaban llegando a pagar por el mismo. Con esta nueva ley, la subida del alquiler de un año a otro solo quedaría vinculada al IPC, y no podría elevarse tanto como el dueño del piso quisiera, como viene ocurriendo últimamente en algunos casos.
La ley también incluía una ampliación obligatoria de la prórroga en el contrato, que pasaría de los tres a los cinco años, o incluso siete, en determinados casos, para proteger a los inquilinos frente a algunas prácticas que realizan los que alquilan, especialmente cuando son fondos y empresas que buscan el mayor beneficio y no dudarían en sacar a la calle a las personas que ya están, una vez terminado el contrato, para obtener más beneficios con otros nuevos contratos, mucho más caros.
El alquiler debe bajar en 2019
La nueva ley lanzada por el gobierno y la propia limitación del sector, que parece haber tocado ya techo en muchos sitios, propiciará que en 2019 los precios de alquiler bajen de forma generalizada, después de unos cuantos años de subidas absolutamente escandalosas. En 2017, por ejemplo, la subida general de los precios superó el 18%, mientras que el año pasado se quedó en la mitad, el 9%. La bajada del precio de alquiler es una fluctuación reguladora del propio mercado, que ve cómo en muchos sitios los precios han subido tanto que hacen que el alquiler sea inaccesible.
Puedes poner tu casa de alquiler al precio que quieras, pero si lo que de verdad buscas es alquilarla, tratarás de equilibrar tu beneficio propio a lo que buscan o pueden pagar los inquilinos. Por eso los precios están volviendo a bajar, para que las nuevas generaciones tengan acceso a esos alquileres en unas condiciones razonables. Esto también se ve afectado por los sueldos que se cobran hoy en día, mucho menores que los que solían darse antes de la crisis de 2008.
Negociar el alquiler de los pisos
Los propietarios suelen poner un precio de salida para el alquiler de su piso o viviendo, un precio que desde luego será el ideal para poder alquilarlo y llevarse cierto beneficio. Sin embargo, a veces el precio está por encima del mercado, y ellos piensan que igualmente lograrán encontrar a alguien que lo pague, porque la demanda es muy alta en estos tiempos. Pero pasan los días y el piso sigue sin alquilarse, seguramente porque su precio sea demasiado caro.
Si hemos visto uno de estos pisos, que lleva ya tiempo sin alquilarse y pensamos que es por su precio, podemos tratar de negociar con el propietario una rebaja del mismo, o mejores condiciones en los pagos, en las prórrogas de estancias, en incluir facturas como la luz, el agua o el gas… Todo ello sabiendo que el piso no se alquila al precio que tiene de salida, y que eso es una ventaja que tenemos nosotros porque evidentemente, después de un tiempo, el propietario lo que quiere es alquilar para ganar algo de dinero.
