Siempre se ha relacionado la prostitución con marginación, con chicas ofreciendo servicios sexuales en la calle, en lugares oscuros y poco transitados… Sin embargo, esa imagen está muy tergiversada y se tienen a generalizar en este sentido, como en tantos otros. Por supuesto que esa situación es real, y no hay más que darse una vuelta por ciertos barrios para encontrar este tipo de trabajadoras sexuales. Pero los tiempos están cambiando, e incluso en un negocio tan antiguo como la prostitución, la era de Internet está teniendo su propia revolución. Gracias a las páginas de anuncios para adultos, las chicas cada vez tienen más opciones online de encontrar a clientes, sin necesidad de hacer la calle. Como puedes imaginar, no resulta agradable para nadie estar paseándose con frío o calor, bajo la lluvia, solo para conseguir a algún cliente. Ahora, estas profesionales pueden ofrecerse desde casa, de una manera más cómoda y sobre todo más segura.
Los prostíbulos son otra buena opción para aquellos clientes que quieran pasar un buen rato con una de estas profesionales. Son lugares seguros, relativamente cómodos, en los que podemos disfrutar de buena compañía y sobre todo, de unas instalaciones correctas. Nada de hacerlo en el coche en un descampado. Aquí tenemos duchas, una cama cómoda y grande y hasta un bar para tomar algo antes y quitarnos los nervios, si es que los tenemos. Este tipo de locales, al menos en España, se ubican habitualmente a las afueras a los municipios, en las autovías y carreteras, destacando especialmente por su iluminación. Pero más allá de esos típicos puticlubs de carretera encontramos, en las grandes ciudades, otros locales de este tipo mucho más lujosos. Chalets privados en los que se desarrollan estos servicios, pero siempre bajo la aparente normalidad, al estarprohibidos en nuestro país. Lugares que incluso están ubicados en algunos de los mejores barrios de España, porque su clientela no es la típica de las profesionales del sexo, sino hombres con mucho potencial económico. Son los prostíbulos de lujo que podemos encontrar en los barrios más ricos, entre grandes rascacielos de empresas y mansiones de gente pudiente.
Locales siempre camuflados
En España, la legislación impide la existencia de prostíbulos, o de cualquier lugar donde se ejerza la prostitución de manera organizada. Se busca de esta forma evitar que alguien se lucre de estos servicios, más allá de la propia chica que los realiza. En los prostíbulos, las amantes profesionales trabajan por un porcentaje de lo que recaudan, y el resto se lo queda el dueño del local. Es una situación que está cambiando bastante, gracias también a Internet, desarrollando ahora las chicas su trabajo de forma autónoma en sus pisos y apartamentos.
Sin embargo, estar en un prostíbulo les facilita mucho el trabajo ya que no tienen que buscar a los clientes, sino que son ellos los que las buscan. De esta manera, aunque deban ceder parte de sus ganancias, pueden llegar a cobrar cantidades muy grandes. Todo ello siempre camuflado para evitar suspicacias o problemas con la ley.
El caso del Club Sombras, en Madrid
De esta forma, podemos encontrar algunos prostíbulos de lujo camuflados entre los grandes chalets y mansiones de los barrios más pudientes. En Madrid, por ejemplo, llegó a instalarse un club llamado Sombras, en el acaudalado barrio de El Viso, en la Moraleja. Seguramente una de las zonas más caras para vivir de todo el país, y un sitio que no era escogido al azar. Los dueños de este local sabían que iban a tener una distinguida clientela si ubicaban su negocio en este barrio, y no se equivocaron. Apostaron por los servicios de alto nivel, con chicas muy hermosas llegadas desde todos los rincones del planeta, y unas tarifas que no estaban al alcance de cualquiera. Hasta aquí se acercaban hombres pudientes, pero también políticos, guardias civiles y todo tipo de personalidades que seguramente negarían en todo momento su asistencia a dicho club.
El Club Sombras se encuentra actualmente en Tetuán y ha cambiado bastante en su modelo de negocio. Recientemente ha vuelto a estar de actualidad al conocerse que un diputado socialista cerraba parte de sus tratos con otros empresarios en este local. Según consta en la instrucción del caso, los políticos podían gastarse miles de euros en una sola noche, en compañía de estas chicas. La fama del club Sombras viene de lejos, ya que se ha llevado más de treinta años en esa misma zona. Es uno de esos locales que todo el mundo sabe que existen, pero nadie habla claro sobre él. Una verdad incómoda en un barrio de gente bien que no podían permitirse asumir que un local de este tipo estaba tan cerca de ellos, porque muchos eran, de hecho, clientes.
Clientes distinguidos
Como en cualquier negocio, una empresa puede apostar por un público más amplio y con menos poder adquisitivo, o apuntar bien alto, al estatus de lujo. En el caso de los prostíbulos, lo habitual es que se mantengan en la primera opción, para conseguir un público mucho más variado. Sin embargo, es bien sabido que un negocio de lujo que sabe cómo venderse y apunta bien alto puede ser mucho más rentable. Este tipo de prostíbulos de lujo conocen muy bien a sus clientes potenciales, y saben que no necesitan tener a treinta o cuarenta clientes al día, sino solo cinco que sepan valorar el servicio luxury que ofrecen, y sobre todo, que puedan pagarlo, porque ahí está la clave. Este tipo de locales son diferentes en cuanto a la seguridad y la privacidad.
Al tener una clientela tan distinguida, los prostíbulos deben estar preparados para ofrecer todo tipo de garantías a quienes los visitan. Lo primero, esa discreción imprescindible que hace que todo lo que pasa aquí se queda aquí. La segunda, unas profesionales que sepan comportarse como se espera de escorts de lujo. Que no solo sean atractivas, sino que tengan también ese punto de cultura, de saber estar, para que la compañía siempre sea agradable. La clientela de estos negocios incluye a gente muy importante, desde ministros a futbolistas, pasando por cantantes y celebridades. Pero lo más importante de todo es que nunca deben salir a la luz esos nombres, o será el fin del negocio.
La prostitución, una realidad soterrada
Volviendo al principio, la prostitución sigue estando, a pesar de todo, soterrada como una realidad que existe pero que nadie quiere ver. Tal es así que incluso en aquellos países donde está prohibida, con penas de cárcel, también se lleva a cabo, de una manera oculta.
El trabajo sexual ha existido desde siempre y nos cuesta creer que vaya a desaparecer, porque siempre va a haber demanda de este tipo de servicios. Luego nadie consume sexo de pago, pero España es el país europeo con mayor tasa de este tipo de negocios, con mucha diferencia. Es ese tipo de realidad que nadie quiere ver pero que todos saben que existe, y seguramente siga siendo así durante mucho tiempo.