Tener la casa de nuestros sueños es un deseo común para muchos, que gastan buena parte de sus ahorros y su sueldo en conseguir un hogar donde poder disfrutar de los momentos más inolvidables con sus seres queridos. Preparar una casa totalmente nueva y a nuestro gusto es un auténtico lujazo, algo que sale bastante caro, eso sí, y que no todos se pueden permitir. Por ello, en la mayoría de casos, la gente termina comprando una casa ya construida y, en último caso, reformándola para dejarla verdaderamente a su gusto. Las reformas también salen caras, pero ni punto de comparación con lo que cuesta construir una casa nueva. Eso sí, todo dependerá de la antigüedad de la vivienda, el tipo de reforma que queramos, los materiales que utilicemos… Son muchas las variables que entran en juego en este tipo de reformas.
Uno de los problemas que suelen dar estas reformas es que si ya vivimos en la casa en cuestión será bastante complicado llevarla a cabo mientras seguimos conviviendo allí, puesto que normalmente los operarios estarán todo el día tirando paredes, haciendo mucho ruido y llenándolo todo de suciedad. Vale más buscar un sitio donde alojarnos, al menos por un par de meses si la reforma es larga, para poder alejarnos de todo ese embrollo. Es uno de los mejores consejos que podemos dar sobre reformar una casa antigua, pero no el único. Nosotros te presentamos aquí algunas claves, bastante generales pero también muy útiles, que te servirán para tener una mejor idea del tipo de reforma que quieres hacer. Al final lo tendrás que llevar todo a tu terreno y manejarlo como más te convenga, pero seguro que te damos algunas buenas ideas que te servirán de mucho.
Cuenta con asesoramiento
Todos llevamos a un decorador de interiores y un arquitecto dentro, pero deja que los profesionales te asesoren para conseguir el mejor resultado posible. Las reformas grandes requieren la realización de planos así que de todas formas tenías que ponerte en contacto con algún profesional para que le diese el visto bueno a la obra. Con tu idea en la cabeza, expónsela a alguna persona de confianza que tenga experiencia en este tipo de reformas y que te pueda asesorar a maximizar el espacio, por ejemplo, o aprovechar mucho mejor esos rincones que parece que quedan sueltos. Tener muy claro lo que queremos hacer, incluso los muebles que queremos poner, así como la propia distribución de las habitaciones, es vital para que la reforma salga de lujo.
Intenta ganar luz natural
Una casa con luz es una casa alegre, llena de vida, luminosa. Debemos buscar siempre que la orientación de nuestro hogar sea la perfecta para aprovechar las máximas horas de sol posibles, así como colocar estratégicamente ventanas y ventanales para hacer que la luz siempre esté presente a lo largo de toda la vivienda. A ser posible, que todas las habitaciones tengan ventanas o incluso balcones. De no ser así, si podemos contar con un patio interior por el que se cuele la luz también para esas habitaciones más alejadas, mejor que mejor. Una claraboya en el techo de la entrada puede ser igualmente una gran alternativa para iluminar un espacio que vaya a quedar cerrado. La luz natural nos permitirá también ahorrar en iluminación tanto en verano como en invierno, así que hay que verlo como una inversión, más que como un gasto.
No intentes esconder las imperfecciones
Si la casa que vamos a reformar es antigua seguramente contará con algunos desperfectos o imperfecciones. Es el momento de arreglarlos, siempre que se pueda. De no ser posible, nos adaptaremos a ellos, sin esconderlas, pero tratando de convertirlas en puntos fuertes. Las imperfecciones pueden dotar de carisma a nuestra vivienda, de un toque realmente especial y diferente que haga que no se parezca a ninguna otra. Eso sí, ya que vamos a rehabilitar la vivienda y hacer una reforma grande, intentaremos meter en el presupuesto la mejora de esas imperfecciones, por ejemplo en los techos o en los suelos, y cambiarlas por algo que nos guste más. Recuerda que al fin y al cabo, el objetivo es estar a gusto en casa, y para conseguirlo debes tenerla lo mejor posible.
Combina lo antiguo con lo nuevo
Rehabilitar una vivienda antigua no significa tener que echarlo todo abajo y ponerlo todo nuevo. Se trata más bien de aprovechar lo que hay para poder convertirlo en lo que más nos gusta. Así podemos combinar lo antiguo con lo nuevo. ¿Esa habitación donde antes había un dormitorio se puede convertir en un despacho con un par de retoques? Pues mejor que mejor. Lo que ahorremos en un sitio lo podremos aprovechar en otro lugar de la casa, como el baño o la cocina, que usualmente sí necesitan reformas más profundas. De esta manera aprovecharemos para darle un estilo clásico pero a la vez moderno, tal vez aprovechando la madera de los muebles o los techos, o incluso ese patio que tanto nos gusta porque nos traer recuerdos de nuestra propia infancia. Esa combinación suele resultar muy interesante hoy por hoy.
Precio de una reforma de casa antigua
Es lo primero que muchos miran, aunque no resulta demasiado sencillo calcular exactamente cuánto cuesta una reforma hasta tener todas las decisiones tomadas sobre la planificación, la distribución, los materiales a utilizar… Cada casa es un mundo, y hay viviendas que pueden rehabilitarse por apenas 10.000 o 15.000 euros, mientras que para otras la cifra estará más cerca de los 50.000 o incluso los 60.000 euros, por necesitar una reforma gradual. El estado de la vivienda es lo primero que debemos conocer para saber el presupuesto que vamos a necesitar. Luego será cosa nuestra elegir los materiales, los suelos, etc… para entrar dentro del presupuesto que manejamos.
