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Mercado inmobiliario

Montar una inmobiliaria ¿por dónde empezar?

Redactado por: Johan Mujica
Fecha de publicación: abril 13, 2020

El sector inmobiliario siempre ha sido uno de los más potentes y populares en todo el mundo, y especialmente en España. A pesar de la crisis que hubo hace poco más de una década, cunando la burbuja creada en torno al propio sector terminó por explotar, lo cierto es que siempre se ha podido recuperar de aquellos baches y ha podido volver a generar mucho  empleo. Las casas, al fin y al cabo, son  un bien de primera necesidad, y siempre hay mucho movimiento, comprando y vendiendo, construyendo nuevas viviendas, o a través de una alternativa que hasta hace un par de décadas no era tan habitual en nuestro país, como el alquiler, pero que ahora parece la única opción de muchos para tener un techo en el que vivir.

El sector inmobiliario afronta de nuevo  una situación compleja en un futuro cercano, pero también es cierto que son estas situaciones las que hacen que el mercado se quede con menos competencia, y los auténticos expertos pueden conseguir adaptarse mucho mejor y ganar más terreno dentro del sector. Si estás pensando en invertir para abrir un negocio de este tipo, una inmobiliaria, tal vez puedas pensar que no es el mejor momento, pero debes ser valiente y lanzarte a comprobarlo, eso sí, siempre con los consejos bien aprendidos y sabiendo lo que tienes que hacer en cada momento para que este negocio sea un verdadero éxito. Aquí te dejamos algunas claves para iniciar tu aventura profesional dentro del sector inmobiliario.

¿Puede cualquier persona montar una inmobiliaria?

Ciñéndonos a la ley, cualquier persona puede crear una empresa inmobiliaria, que como sociedad, o simplemente como empleo autónomo, no difiere del resto de empresas que podemos crear y es exactamente igual que poner un bar o un centro de estética, por ejemplo. Es evidentemente que necesitaremos mucho papeleo, usualmente un local donde ubicar nuestro centro neurálgico –si queremos que la inmobiliaria sea una empresa como tal y no simplemente nosotros mismos trabajando como agentes inmobiliarios, otra opción mucho más sencilla y barata- y una inversión inicial que puede rondar los 60.000 euros si nos constituimos como Sociedad Anónima, el tipo de empresa más habitual dentro de este sector.

Conociendo también el mercado y habiendo estudiado a la competencia, a los posibles clientes y demás, nuestra aventura puede comenzar cuando queramos. Es habitual que una empresa de este tipo, como si fuera un bufete de abogados, se lleve con otro socio más, o varios de ellos, para que la inversión inicial no recaiga sobre una sola persona. Tal vez podemos crear un equipo en el que cada socio se encargue de una misión dentro de la empresa, desde el que acude a presentar los pisos y se pone en contacto con los clientes hasta el que trabaja con los bancos y demás para conseguir las mejores hipotecas y los beneficios más llamativos. El caso es que necesitamos conocimiento del mercado, pero tampoco es imprescindible, con la ley en la mano, para montar nuestra propia inmobiliaria, porque cualquier persona puede hacerlo cumpliendo los requisitos.

Requisitos para montar una inmobiliaria

Ya hemos mostrado arriba algunos de los requisitos fundamentales para poder echar a andar en el negocio inmobiliario. Lo más usual es crear una empresa bajo el título de Sociedad Anónima, que puede constar de uno o varios socios, repartiéndose la titularidad de forma equitativa o según su participación, así como las propias responsabilidades legales dentro de la empresa. El pago de la creación de esta Sociedad Anónima será indispensable, así que hemos de contar con esa inversión. También debemos tener una sede física para esa empresa, aunque no tiene por qué ser una oficina ni nada por el estilo. Puede incluso ser el domicilio de cualquiera de los socios de la empresa, que se emplearía como sede. Si quieres tener tu propia oficina, algo también muy recomendable para atender mucho mejor a los clientes, necesitarás también encontrar un local, comprarlo o alquilarlo, y llevar a cabo todo el papeleo para convertirlo en tu sede.

Los requisitos legales no terminan aquí. Necesitarás también llevar a cabo seguros para el local y para tu propia actividad, así como contratar a tus trabajadores, en el caso de necesitarlos, aportando su Seguridad Social, sus seguros, etc… Otra opción que también se ha vuelto muy habitual en los últimos tiempos es abrir la inmobiliaria a través de una franquicia, ya que existen en nuestro país grandes grupos inmobiliarios que se han extendido por toda la península, y que cuentan ya con un nombre y una buena visibilidad para los clientes. En este caso, ellos te asesorarían por completo de todo lo que tendrías que hacer para iniciar tu negocio, y en lugar de crear una sociedad, tendrías que pagar una parte de todo lo que consigas para esa franquicia, como en cualquier otra línea de este tipo. Es una opción para los que no quieran complicarse demasiado.

¿Cuánto cuesta montar una inmobiliaria?

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Esta es una de las grandes preguntas que todos se hacen justo antes de crear su propia inmobiliaria, la que entraría dentro de ese plan de negocio y viabilidad que debemos efectuar antes de tomar la decisión, entendiendo que vamos a necesitar una inversión inicial bastante potente. En el caso de crear una sociedad, la inversión mínima será de 60.000 euros, aunque recomendamos aumentarla mínimo hasta los 80.000 euros, para que tengamos una buena base durante el primer año de actividad. En el caso de las franquicias puede ser algo menor, pero es cierto que también serán menores los beneficios, al ser compartido con la empresa matriz. La inversión es bastante exigente, pero si cogemos un buen momento de mercado y conseguimos llegar a la gente con eficacia, el negocio saldrá a rodar en poco tiempo y podremos recuperarlo rápidamente.

Abrir tus puertas al público

Toda vez que ya hayamos constituido nuestra Sociedad Anónima o nos hayamos enrolado dentro de una de esas franquicias que se anuncian por todo el país, llega la hora de adecentar la oficina en la que vamos a trabajar de cara al público. Contrataremos a agentes, administrativos y demás, si fuera necesario, y nos lo prepararemos todo para darnos a conocer en cuanto abramos. Al principio, la publicidad debe ser ingente, ya que será importantísimo que la gente sepa de nosotros durante los primeros meses. Utilizaremos todos nuestros recursos, tanto en físico como online, para poder llegar a todo ese público que nos interesa, y abrirnos así un hueco en un mercado que seguramente esté muy competido.